Especiales
«El regalo de Navidad»
Hace unos años, durante la época Navideña, mientras visitaba un Centro Comercial algo maravilloso sucedió. En ese lugar, todo era luces, un Arbol de Navidad Gigante y esferas que adornaban todo el centro comercial.
Mientas bajaba las escaleras eléctricas, me llegó de golpe un aroma muy particular y poco común, era el aroma a colación (dulces navideños). En lo particular nunca me ha gustado la colación, pero pude identificar perfectamente su olor. Miré a un lado y miré al otro lado y no había colación por ningún lado, entonces sabía perfectamente que algo importante sucedería.
Ya en la Planta Baja del Centro Comercial, me detuvo la visión que estaba sucediendo; parecía que estaba en un momento de pausa, porque aunque físicamente estaba ahí, mi ser estaba en el patio de la primaria en la que estudié. Era verme en el cuerpo de esa niña pero tenía la conciencia de la mujer que hoy soy y la sabiduría de toda mi existencia eterna.
En ese momento me dio mucha ternura que el patio que de niña se me hacía gigante, realmente era pequeño. Ese día se celebraba la posada de Navidad, así que no había clases, no llevábamos uniforme y lo mejor de todo, había dulces, piñata y mucha alegría.
Vestía de azul, blanco y rojo; llevaba en mis manos una canasta de colación y felizmente escuchaba mi canción favorita… Los peces en el río.
Y mientras escuchaba de fondo las risas de mis amigas y compañeras de la escuela, mi cuerpo, el de aquella niña, se quedó ahí nuevamente en pausa, ya que de pronto me veía caminando en una calle en otro tiempo. Mientras caminaba sumamente emocionada, con el corazón palpitando a mil, a sabiendas de que vas a reencontrarte con alguien sumamente especial, parecía que conocía muy bien el rumbo porque caminaba muy segura de mi misma con una certeza absoluta de el lugar exacto a dónde me dirigía… a una calle donde mi mamá vivía cuando era niña; ella y yo teníamos la misma edad… 8 años.
Yo sabía perfectamente que ese momento era sumamente importante y que cambiaría el curso de su vida y también el de la mía. Traía en mis manos, esa canasta de colación, una ropa muy bonita para ella pero además de eso, ya le tenía preparada una sorpresa gracias al apoyo de sus hermanos.
La ví y es indescriptible el amor que sentí y el que ella sintió. Por supuesto que nos conocíamos de siempre, yo no quería dejar de verla y extasiarme de ella, me encantaba verla de niña, sonreímos con mucha alegría y prontamente nos abrazamos, empezamos a jugar mientras dábamos vueltas y le entregaba sus regalos. Su carita era como cuando recibes un gran regalo que no te lo esperas, era saberse tan exquisitamente especial y amada. Yo disfrutaba y guardaba en mi corazón ese momento. Esa era mi misión… Hacerla sentir especial, amada, valorada y que ella merecía lo mejor de la Navidad y del Universo. Era trascendental empoderar su autoestima, el poder de sus sueños y anhelos y que tuviera la certeza de que milagros siempre ocurren pues sabía perfectamente que ese momento cambiaría todo en ella.
Mi mamá venía de una familia muy grande y vivían de una manera muy precaria, sobretodo en ese momento que todos eran muy niños. Era imposible pensar en algo especial para la Navidad, en juguetes o grandes regalos; pero yo le tenía algo especial para su corazón.
Le vendé los ojos y la tomé de la mano, caminamos hacia la casa donde vivían, había un como patio central pequeño, con cosas viejas, tinajas y uno o dos lavaderos. Todos sus hermanos ya estaban ahí en circulo, muy felices. Nunca voy a olvidar la ternura de sus caritas, llenas de alegría, inocencia, esperando que ese momento no terminara nunca. Yo quería que disfrutara este momento con ellos, así que de pronto, en la parte central de ese patio, ya estaba lista una piñata gigante y hermosa. Le destapé los ojos y no dejaba de dar gracias a Dios por permitirme verla tan feliz. Yo tampoco quería que ese momento terminara, mientras disfrutábamos todos de ese momento, llenos de dulces, alegría y júbilo, claramente solicité el apoyo de los ángeles y arcángeles del cielo quienes al unísono del amor se colocaron en círculo alrededor de todos nosotros. Todo se iluminó cual estrella de Belén, pues era una luz que casi casi segaba la vista.
Sabía que tenía poco tiempo así que aproveché para abrazarla y jugar como las mejores amigas, mientras mi corazón susurraba: «Te amé antes, te amo hoy y volveré a amarte. El tiempo del amor siempre vuelve;» y con el destello de esa luz, de pronto estaba nuevamente en el Centro Comercial.
El amor todo lo puede, todo lo es y vive en el tiempo eterno. Somos más grandes de lo que pensamos y podemos movernos dentro del tiempo eterno. Es parte de su magia.
Hoy, en profundo amor, te quise compartir una hermosa experiencia personal de amor, no importando si lo puedes creer o no. El amor todo lo puede, todo lo sana y todo lo conquista.
Somos realmente amados… y así es.
Somos realmente amor… y así es.
Autor: Gabriela Zarzosa Quintero
© Derechos Reservados.
Queda prohibida su modificación parcial o total.
«Incongruencia Consciente»
A veces pienso que las personas están viviendo una etapa de incongruencia consciente, es decir, saben de alguna manera que quieren ser felices y plenos, sin atreverse primero a definir qué es la felicidad?; para algunos puede ser tener una vida superficial estable, para otros ser exitosos y reconocidos en su trabajo, para algunos la salud, para muchos tener paz interior, mientras que para otros tal vez tener una pareja o familia; y realmente es respetable lo que cada quien defina como felicidad o plenitud; pero no se atreven de una manera honesta y real a ser felices consigo mismo, así que viven generando co-dependencias por todos lados.
Y la incongruencia abunda porque quieren ser libres y plenos, pero siguen atrapados en hábitos mentales, emocionales, tóxicos y rutinarios o decisiones/indecisiones que sólo los estancan más en sus relaciones o en trabajos que están entre el amor/odio, pero principalmente en la relación interior con ellos mismos.
No hacen nada por empoderarse ni alimentar su vida, relaciones, corazón, mente y espíritu porque aunque sea horrible vivir insatisfecho siempre será lo más cómodo cuando falta valor para ser feliz.
Se postergan, se dejan para mañana porque cualquier situación es más importante, incluso, es como si realmente no quisieran ser felices, porque hacen todo lo contrario, así que se la viven con un «justificante permanente» de por qué no son plenos; ademas, si voltean a su alrededor y otros están peor entonces aceptan como “normal” el mediocre concepto de vivir sin vibrar.
Obviamente no empujan los cambios, se deprimen, se quejan de todo, fácilmente se irritan, les da envidia el éxito de otros, llenan su vida de “peros” , les cuesta ser agradecidos, comúnmente son las víctimas de su vida, tienen miedo de todo y critican todo el tiempo. Piensan que por arte de magia todo va a cambiar en algún momento sin comprender que ser responsable de tu vida no es tener un «trabajo» para pagar cuentas, sino tomar el sentido de tu vida y atreverte sin tapujos a definir qué quieres y qué es felicidad y éxito para ti.
Así que en tiempos de incongruencia consciente y de tanta insatisfacción, atreverse honestamente a conocerse, amarse, ser feliz y tener paz será el logro más grande de estos tiempos. Tendrás el valor? o te seguirás postergando. Cada quien lo decide respiro a respiro, paso a paso, latido a latido porque incluso el no hacer nada ya es una decisión y afirmación.
El 2022 será un año muy desafiante y difícil para todos los que se han postergado, para todos los que han basado su felicidad en el exterior, en lo que los demás digan o hagan, en lo que suceda en el trabajo, etc. Será el año más difícil de la década. Así que es tiempo de que te sumes a la ola energética de luz y amor con la que va a cerrar el año y dejes de postergar la energía resplandeciente, todopoderosa y amorosa que ya existe en tu interior. Esa energía que tiene para darte toda la dicha, salud y bienestar que te corresponde por derecho divino. Ya no puedes vivir en la incongruencia. No le cierres la puerta a tu espíritu divino, al amor más puro e incondicional, porque tú ya eres conocido, valioso y amado en todo lugar del Manto Estelar. No te pierdas entre lo momentáneo del ego porque nada por lo que haces drama tendrá importancia más allá de tu último aliento. ¡No te postergues más! Tiempos de cambios profundos, honestos y basados en el amor.
Eres amor… y así es.
Eres por siempre amado… y así es.
Autor: Gabriela Zarzosa Quintero
© Derechos Reservados.
Queda prohibida su modificación parcial o total.