Especiales
Por siempre en ti, por siempre en mi
A punto de tomar ese avión con destino a Londres, ese día me sentía particularmente extraña, era un sentimiento de que tal vez no regresaría nuevamente a casa. 
No me sentía triste, ni preocupada; nada me consternaba ni me inquietaba, aún así, sintiendo esa corazonada, estaba decidida a tomar ese avión; pero serenamente en la oficina me senté a escribir unas cartas de amor para mis papás, y parecía como si me hubieran puesto en automático porque las palabras de agradecimiento y amor fluían sin parar, mientras toda mi vida pasaba frente a mis ojos. Llena de emoción, sequé mis lágrimas, llené esas cartas de mi perfume y tomé rápidamente mi maleta con destino al aeropuerto; le dije al taxi que antes pasaríamos a otro lugar.
Ya en casa de mis papás, toqué el timbre y un minuto después vi a mi hermosa mamá; la abracé tan fuerte que sentía que la iba a quebrar, le di un gran beso y le dije que una carta era para ella y otra para mi papá.
Era un momento de mi vida muy pleno en todos los sentidos; realmente me sentía en perfecta complitud. La rueda de la fortuna estaba del lado del sol y me alumbraba con su fuerza y calidez.
Documenté mientras sentía más y más esa sensación, pero traté de estar en paz para poder conectarme con la corte celestial mientras me decía a mi misma, lo que tenga que pasar, estoy en paz ; pero escuchaba una clara voz que me decía: permanece atenta a las señales, recuerda quien eres y jamás olvides que tu voz siempre llega al corazón de Dios.
Ya en el avión, me senté y casi junto a mi estaba un grupo de sacerdotes que al parecer irían a una convención porque claramente conté su número, eran nueve. Sonreí y dije, ésta es una señal.
Cerré mis ojos y solicité hablar con Dios, sentí perfectamente como todo desaparecía a mi alrededor y un fresco aroma cubrió todo mi ser mientras tiernas lágrimas cubrían en silencio mis mejillas. Sentía mucho agradecimiento y un profundo amor que irradiaba completo ese avión, era un amor que lo abarcaba todo, el cielo y la tierra, no se trataba de mi, era sentir el amor más grande e infinito que se pueda describir, no había preguntas, era solamente dejarme llenar por ese amor y ser uno con su ternura y fuerza.
De pronto, todo era una hermosa luz dorada, blanca y rosa; pude ver hermosas imágenes o mejor dicho hologramas, eran miles, se movían de un lado a otro, me acerqué a verlas y me dio mucha risa cuando me di cuenta que era yo misma; imágenes que aparecían y desaparecían; volvía a mirar y de pronto ya no eran las mismas imágenes, eran otras, era realmente fascinante e impresionante ver como todo cambiaba una y otra vez, entendí perfectamente que eran las posibilidades infinitas de mi vida; y cambiaban una y otra vez de acuerdo a mis pensamientos, emociones y acciones, era increíble ver como todas bailaban, palpitaban, brillaban, tenían un color, una melodía e incluso un aroma particular.
Una parte de mi pensó que ya había fallecido porque el amor era indescriptible y además estaba ahí con Dios, pero un largo suspiro me hizo saber que no y sin sentir ningún miedo o inquietud por todo lo que estaba viendo, tuve un gran impulso por soplar esas imágenes y así lo hice, polvos dorados salían de mi boca y todas ellas se llenaban de ese aliento, eran miles y miles para finalmente quedarme dormida mientras su voz me decía: «Este es el soplo de vida, del amor y de la resurrección. Recuerda siempre quien eres. Infinitos son los caminos del amor. El amor todo lo es, todo lo puede, todo lo conquista. Yo también te amo hija mía, Gracias por todo tu amor, llénate de este instante. Por siempre en ti, por siempre en mi.»
Poco tiempo después desperté y no podía dejar de llorar, mi cuerpo físico no podía asimilar tanto amor que había experimentado, así que todas esas lágrimas salían de mí como ríos de amor y esperanza.
Aterrizó el avión y era una locura el aeropuerto en Londres, había policías por todos lados , una extrema inspección y vigilancia hizo que estuviéramos ahí por varias horas. Ese día era 11 de septiembre del 2001.
Por momentos, mi avión ha tenido fuertes turbulencias, he pasado por zonas donde las nubes y tormentas no me han dejado ver claro; truenos que despiertan en mi esa fuerza interior. También he tenido esos momentos despejados donde me he permitido ser arrullada por esa inmensa luna mientras todas las estrellas del cielo me recuerdan de dónde vengo y el camino a casa. El calor del Sol siempre me conecta con él y su exquisito amor. No hay día que no recuerde sus palabras.
Sin importar cuando sea el día que respire mi último aliento; hoy y siempre doy Gracias Eternas al que fue, es y será. Sólo el amor es verdadero y vive en la eternidad. Te amé antes, te amo hoy y volveré a amarte. El tiempo del amor siempre vuelve y así es!.
Autor: Gabriela Zarzosa Quintero
La Mudanza Interior de este año
Es completamente personal la experiencia de vivir una mudanza. Abres cajones, closets y cajas con cosas que ya no recordabas que guardabas; algunas llenas de hermosos recuerdos que te vuelven a reconectar con momentos prec
iosos de tu vida. Instantes llenos de sentimientos encontrados, recuerdos y memorias que te transportan en el tiempo.
Otras pertenencias, fotos, canciones o escritos te unirán nuevamente de corazón a corazón con tus seres amados que dejaron atrás su cuerpo físico.
Sin lugar a duda, una mudanza implica decidir que dejas atrás y que llevas contigo; pone a prueba tu apego, tu generosidad, tu capacidad de mirar el futuro con unos ojos llenos de esplendor, esperanza y entusiasmo. En otras, descubrirás el valor y fuerza interior que tienes por atreverte a empezar de cero con la frente en alto, aún cuando el sabor de esa mudanza tenga un sabor amargo o agridulce.
Pero algo tienen en común todas: Son la culminación o terminación de un ciclo y el comienzo de una nueva etapa de tu vida.
En el viaje eterno del amor, tu alma está acostumbrada a cambiar de forma, color y piel, una y otra vez; mudando de cuerpo una y otra vez.
El tiempo del amor ha vuelto, y no hay vuelta atrás; así que este año, tu alma, está haciendo una de las mudanzas más significativas y trascendentales de su existencia eterna. Una mudanza que está marcando un antes y un después en todos los sentidos; es por eso que este año ha sido realmente fuerte y desafiante en muchos aspectos en tu vida.
Ha sido un tiempo donde todas esas cajas, cajones y closets se abrieron y mostraron las memorias de todas tus vidas, fueras consciente o no de eso. Por tal motivo, en esta encarnación, no es casualidad que te has reencontrado con personas, experiencias o situaciones con las que tenías que resolver asuntos pendientes del pasado, de algún otro tiempo y vida.
También ha sido un tiempo donde te has encontrado viviendo o visitando lugares que te encantan, que con el simple hecho de estar ahí te sientes muy feliz; o reencontrado con grandes amores que tienes la certeza que conoces de toda la vida. Así es, todas las memorias se están mostrando en este tiempo.
En el caso de asuntos pendientes por resolver, no se trata de repetir las mismas experiencias de culpa o dolor; se trata de trascenderlas; porque ni una sola memoria de tristeza llevarás a tu nuevo hogar; ya no puedes seguir cargando con las mismas maletas de vida en vida. Ya no habrá más recuerdos encadenados de dolor. Ya no habrá más vidas a medio vivir, a medias tintas o con pocos destellos de amor. Tu alma va camino a su nuevo hogar, al reino del amor.
Y en perfecta alineación con tu alma, el pasado 30 de Junio se presentó una perfecta alineación entre Venus(planeta del Amor), Júpiter
(Planeta de la Fuerza) y la Tierra; suceso que se comparó con una alineación similar hace poco más de 2000 años, la Estrella de Bethlehem; es decir, la Fuerza del Amor se ha alineado en perfecta sincronía con todo tu ser. Esta estrella ha venido a iluminar tu camino de regreso a casa, a que recuerdes quién eres, culminando esta energía con una hermosa Luna Llena el 1 y 2 de Julio.
Y llegamos a Julio, el mes 7, símbolo de la sabiduría, de la comprensión divina, el número de la revelación entre lo que es verdadero y lo que no; así que también es considerado el número de la muerte y la resurrección; es decir, muere todo lo que no es verdadero y resucita tu verdadera esencia; así que la alquimia sagrada de este número te preparará durante todo este mes para que sueltes todo lo que no es amor y que has cargado en esas maletas de encarnación en encarnación.
Será una sacudida total, un desprendimiento de la vieja piel, de las sombras, de tu antigua forma de ser,ver,sentir y actuar; desmoronando todo lo que no es amor, todo el ego, ideas, creencias, dolores acumulados por milenios y que sólo te alejaron de tu derecho divino de ser feliz, próspero, sano; de amarte y de amar de una manera sublime y perfecta.
Por momentos podrás sentir una completa confusión entre lo que pensabas que era verdadero y lo que no; cuestionarás el sentido de tu vida, tus decisiones y tal vez sientas una profunda sensación de vacío, de abandono, de no saber quién eres. Te sentirás desnudo, pero en esa desnudez podrás ver tu verdadera esencia y grandeza, te reconectarás nuevamente con quien tu eres, con tus perfectos dones y virtudes; así que ahora más que nunca alégrate, porque tu alma dijo no más, no cargará más dolores, miedos, culpas ni resentimientos.
Así que cuando estés en el centro de ese tornado, ya no te aferres más, deja de justificar y de autoengañarte, suelta todo lo que no eres, no temas, no te inquietes, se desprenden las cicatrices de tantos dolores milenarios; para dar inicio a una nueva piel, recuerda a esa estrella de Betlehem, que viene a recordarte quien eres. Eres amor no dolor, eres luz no sombras, eres alegría no tristeza, eres fuerza no flaqueza, eres certeza no duda, eres amor no miedo. Al final comprenderás que el amor no precisa de ninguna maleta, no carga nada. El amor es lo que tu eres y cuando finalmente lo aceptes, te sabrás y vivirás en complitud y en éxtasis continuo en cada uno de tus pasos.
Todo esto, activará el Gran Portal Cósmico e interior del 888 (8 Agosto 2015). Abrirás nuevamente las puertas del amor, de la eternidad, de la nueva piel, de tu grandeza, de la dicha y la felicidad, del agradecimiento; para finalmente traer el Cielo a la Tierra.
Eres amor y así es, eres completamente amado y así es. El tiempo del amor siempre vuelve
Autor: Gabriela Zarzosa Quintero