Especiales
Hijos de las Estrellas
Estamos por culminar el año, llegamos a Noviembre soltando y soltando… así tenía que ser,
sabemos que no hay otra manera de poder abrazar los obsequios Navideños que hemos estado co-creando durante todo el año, recibiendo las nuevas energías que traen consigo los cantos de amor y de esperanza, del renacer y del nuevo mañana.
Todos sabemos que ha sido un año de muchas partidas y cambios, lo mencioné desde principio del año, mudanzas, relaciones y amores eternos con los que ahora nos comunicamos mirando al cielo de nuestro corazón, ciclos que han culminado, misiones que terminaron.
La vida misma es como el palpitar de nuestro corazón, que se contrae y se expande a cada instante, abrazando y soltando, permitiéndonos ser transformados por cada nuevo latido; como un hospital, centro energético de llegadas y partidas; o como un aeropuerto donde cada uno toma el vuelo a los sueños de su corazón; lugar donde te abrazas nuevamente con otros corazones o les dices nuevamente adiós a otros.
Cierto es que llevamos vidas, buscándonos, perdiéndonos, amándonos, odiándonos, abandonándonos para finalmente encontrarnos. Tiernos e inquebrantables buscadores, valientes y amorosos corazones reunidos para vivir los tiempos únicos en la historia de todo lo que somos.
Sabemos que nadie puede conquistar nuestra magnificencia más que nosotros mismos, la existencia misma es una experiencia única, intransferible y eterna; pero todo un séquito estelar de amor acompaña a cada alma para lograr esta conquista.
Hoy (11.11.8) llegaron más y más oleadas cósmicas de amor, la muestra de que en muchos lugares se han visto dos o tres soles (estrellas), es justamente, la ratificación de que el manto estelar se esta alineando junto con nosotros. Hay una danza cósmica en las estrellas porque nos estamos acercando cada vez más a la Fuente Central de Luz Divina.
La luz representa información, iluminación, sabiduría, amor, complitud y plenitud. La luz contiene códigos sagrados de información de quien eres, de tu magnificencia, de tu divinidad; y esta iluminación te permite ser divino, alquimista, sabio y amoroso en todo lo que eres. Te sabes en todo y todos. Así que estas oleadas de luz, de energía divina, traen consigo esa información que te permite pasar de los tiempos de la barbarie a los tiempos de la iluminación, a los tiempos del amor.
Todo lo que has vivido, te ha permitido llegar a este momento donde la luz penetra en cada uno de tus pensamientos, emociones, células, etc. para pasar de la tormenta a la calma, del desamor al amor, integrando cada una de tus partes.
Gran parte de la información y energía de esta luz es de Compasión y Benevolencia; pasando de creo o supongo lo que es el amor a conocer realmente el amor, pues la compasión es la expresión del amor en su etapa madura.
Cuando uno es compasivo, no hay juicio, no hay apego, no hay expectativa; amas de una manera real e ilimitada, donde sólo ves la luz en ti y en el otro; comprendes, desde una sabiduría superior tus actos y reacciones así como los de otros y finalmente te permites ser libre y dar libertad. Termina todo drama.
Estos tiempos han llegado, ese es el Gran Regalo de Traer el Cielo a la Tierra, esa compasión que es la antesala a los milagros, a la transformación, a la paz y a la felicidad.
Cuando terminas con el juicio y logras ver en ti sólo la luz que eres , rompes con todas las barreras que han bloqueado tu derecho de traer el Cielo a la Tierra, te despojas de todo juicio mental y emocional y permites que el verdadero amor haga milagros y milagros en tu vida diaria. Termina todo lastre energético, todo drama, toda sombra, toda guerra. Y por añadidura esa misma compasión la tienes en los demás, en la humanidad, en la tierra y te vuelves un hacedor de milagros. Te vuelves el Cielo en la Tierra.
Hoy es luna nueva, luna de nuevos comienzos.
El tiempo llegó.
Somos hijos de las estrellas, hijos eternos del amor.
Eres amor y así es
Eres por siempre amado y así es.
Autor: Gabriela Zarzosa Quintero
La vida después de la vida
Bastaron 45 minutos en Periférico para ver casi 25 años de mi vida en un instante, lo que más tarde se reveló se debía a que había asistido a la Universidad donde estudié.
Mientras recorría sus instalaciones una profunda energía de agradecimiento recorría todo mi ser; esa que te embriaga, esa que no puedes contener dentro de ti. Mientras caminaba, sabía que en ese espacio una pequeña parte de mi, todavía habitaba ahí, yo… la podía sentir.
Ya de regreso en Periférico, toda mi vida se reveló ante mí.
Se sabe que cuando una persona va a hacer su cross over como yo lo llamo, es decir, su cambio de vida, toda su vida pasa frente a él /ella en un instante cobijado por el no tiempo. Revelándose sólo lo que llevará al otro viaje… Amor, sí, el amor; y aunque espero ese no sea mi caso por ahora, pude sentir en lo más profundo de mi, como era esa sensación.
Todo mi ser estaba extasiado por una gran energía de paz, de calidez, de magnificencia, de complitud, de agradecimiento, de gloria, de un amor total. Veía solo lo que era importante… imágenes de abrazos y más abrazos, de esos que te conectan con el corazón de cada persona. Besaba las manos de mis padres, besaba sus corazones, besaba sus caritas y así mismo besaba y abrazaba a todas las personas importantes de mi vida, no importando si estuvieron muchos años o solo un instante. A todas les veía los ojos y quedaba hipnotizada, pues sabía perfectamente que son la puerta hacia el alma, donde habita la verdad y eternidad de cada un@. Todo pasaba frente a mi y sentía bocanadas y bocanadas de amor, parte mío, parte de mis seres queridos, parte del universo, parte de Dios. Todo ese amor, estaba completamente unido.
Y lo que más me llamaba la atención, es que no había ninguna energía de dolor, abandono, soledad, fracaso, preocupación, traición, resentimiento, nada estaba roto ni quebrado. No, nada de eso existe, no lo ves en ti, ni lo ves en los demás, eres liberado de todo lo que no es Amor ni que es eterno.
Comprendía que importaba un carajo, los planes estratégicos, los planes de publicidad, las 18 horas diarias en un trabajo, los puestos directivos y gerenciales, el 9.4 de promedio, las tareas perfectas, las peleas, las grillas, las traiciones, los malos entendidos, ni tampoco las cosas materiales, podía ver como se desintegraban. Nada de eso importaba.
Y en ese instante, una voz que contenía todas las voces, tierna y alegremente me dijo. “LO UNICO QUE IMPORTA, ES EL AMOR. LO ÚNICO VERDADERO E INFINITO, ES EL AMOR. LO UNICO QUE TRASCIENDE Y LLEVAS CONTIGO, ES EL AMOR. LO UNICO QUE COLECCIONAS Y ATESORAS, ES AMOR. LO UNICO QUE ERES , ES AMOR. LO UNICO QUE COMPARTES, ES AMOR”. EL AMOR ES TODO LO QUE FUE, ES Y SERÁ», Y ESTA ES LA GRAN VERDAD.
Yo hoy, completamente conmovida les comparto esta mi verdad que es también tu verdad. Gracias por ser y estar en mi vida. Gracias eternas. Gracias de corazón a corazón.
Autor: Gabriela Zarzosa Quintero