Especiales
El tiempo de la Congruencia y la Compasión
Y ahí estaba, prontamente abracé a las almas valientes que cumplieron su misión de dar un mensaje de amor y compasión.
Se ha convertido en un encuentro celestial frecuente en mis actividades, pues un par de días antes lo había hecho con 200 niños Sirios que fueron acribillados, quienes supieron decir no cuando los obligaban a decir si.
Todo un séquito celestial honrábamos su valentía, honrábamos su eternidad, de la misma manera como lo hemos hecho con las miles de personas que igualmente desde la miseria que tienen que vivir en sus últimos tiempos se han comprometido a dar un mensaje de amor y compasión para cambiar al mundo.
No será pronto, pero será, lo he podido ver; esos valientes niños, adolescentes y adultos de las estrellas han venido a enseñarnos además de la compasión … la congruencia.
De nada sirve querer un mundo mejor, si sigues justificando tu indiferencia, tu presencia llena de ausencia, tus odios, tus miedos o tu cobardía; esperando que otros hagan lo que te corresponde hacer a ti, o delegando al cielo lo que nos corresponde hacer a nosotros.
¿Acaso no somos nosotros los niños de las estrellas?, ¿acaso no somos nosotros los representantes del cielo? ¿lo sigues olvidando?, ¿Cuántos más tendrán que dar un mensaje como éstos para que finalmente comprendas que es una tarea que debemos hacerla entre todos, o acaso tiene que ser tu hijo o ser querido para que entonces decidas poner tu grano de arena?.
Es el momento de ser sinceros y congruentes con lo que queremos porque todo cambio en la humanidad, sucede primero en uno mismo e implica nuestra mayor valentía, certeza, compasión, amor y una sinceridad absoluta.
¿Eres congruente? ¿eres realmente sincero contigo? o todavía dices una cosa y haces otra.
Quieres ser feliz, sabes que es tu derecho, pero sigues rodeándote de relaciones tormentosas que sigues justificando.
Quieres ser feliz pero le pusiste precio a tu felicidad, aceptando un trabajo donde no eres feliz o donde te hacen hacer cosas que no están bien y que perjudican a muchos. ¿Ese jugoso sueldo le da paz a tu alma?
Quieres ser feliz pero tienes la idea de que el amor es algo frágil.
Quieres ser feliz pero te autoengañas y autoboicoteas todo el tiempo.
Quieres ser feliz pero nunca tienes tiempo para tu ser interior.
Quieres ser feliz pero por todo haces drama.
Quieres ser feliz pero sigues culpando a todo y todos por tu infelicidad, no haciéndote responsable de ti mismo.
Quieres ser feliz pero envenenas tu cuerpo día a día.
Quieres ser feliz pero te da miedo luchar por tus propios sueños.
Quieres ser feliz pero nunca te das tiempo para las cosas que realmente importan por estar esclavizado a las que no importan.
Quieres ser feliz pero te has atrevido a confundir el amor con el apego, esclavitud, manipulación, control y dependencia. Le pusiste cadenas y le llamaste amor. Lo odiaste y le llamaste amor, nadando entre ríos de dolor. Eso no es amor y no va en congruencia con el amor, la paz, la dicha y la plenitud.
El tiempo de la congruencia ha llegado, ya te traicionaste y traicionaste durante miles de años. El tiempo del amor y compasión llegó y precisa que seas congruente, pues su energía es la semilla para las siguientes generaciones que vivirán en congruencia y podrán hacer el cambio que terminará con toda barbarie.
Nos toca poner la semilla, pero es una semilla que debe ser plantada en congruencia, certeza y amor; así que aprende a decir no cuando así lo precise la verdad y si cuando sepas que es la voz del amor. El mundo de las mentiras debe terminar.
Aún estamos a tiempo, tus hijos deben ser congruentes con la verdad, enséñales con el ejemplo, no con las palabras que se las lleva el viento, ellos darán pasos agigantados, pero serán los hijos de tus hijos los que vivirán en profunda congruencia. Y tú, el que hoy sembró la semilla, regresarás y verás el fruto de la nueva humanidad.
La barbarie será un recuerdo, un lejano recuerdo de la vieja energía de miedo, reacción, guerra y odio; pero eso ya no vivirá en tu corazón, ya no será tu verdad. Y entonces tu ser honrará a los que hoy han sido carnada del odio y la separación, honrará a esas almas que han dado un mensaje de amor y compasión, son ellos la tierra donde tu semilla y su amor dará fruto.
Es el tiempo de la acción, no de la reacción
Es el tiempo de la lealtad, no de la traición.
Es el tiempo del amor, no del odio
Es el tiempo de la paz, no de la guerra.
Es el tiempo de la verdad, no de las mentiras.
Ámate de verdad y sin mentiras ni justificaciones.
Ámate y atrévete a ser valiente para ser finalmente feliz
Ámate porque es tu derecho y porque de esa manera podrás amar a los demás, a esta tierra, al mundo entero y serás el cambio que precisa estos tiempos.
Todo lo que necesitamos ya está dentro de nosotros.
Todo empieza por ti, por añadidura, seguirá en tu familia y luego en tu comunidad, país y mundo entero.
Nadie puede dar lo que no tiene y compartimos lo que somos.
Sólo el amor termina con el mundo de las mentiras e incongruencia y tu eres amor.
Terminemos juntos con esa energía de odio y miedo que pretende doblegarnos y separarnos; ésta se desmoronará cuando nuestro amor viva en la congruencia, cuando nuestro amor viva en la certeza y no en la duda, ya no se alimentarán más de nuestros miedos, dudas y odio, ya no tendrán alimento y morirán antes del alba.
Ellos saben que el amor no arriesga nada porque nada del amor se pierde o peligra. Ellos saben que el amor es lo único que es eterno y que es la luz que sustenta al infinito cosmos. Ellos lo saben bien, como también saben que sus días están contados, pues no podrán sostener en su ser la energía colectiva de amor que irradiará en toda la humanidad.
Yo lo pude ver y te vi, amado niño de las estrellas.
Todo un séquito de amor nos acompaña paso a paso, latido a latido.
Eres amor y así es
Eres por siempre amado y así es
Autor: Gabriela Zarzosa Quintero
Hijos de las Estrellas
Estamos por culminar el año, llegamos a Noviembre soltando y soltando… así tenía que ser,
sabemos que no hay otra manera de poder abrazar los obsequios Navideños que hemos estado co-creando durante todo el año, recibiendo las nuevas energías que traen consigo los cantos de amor y de esperanza, del renacer y del nuevo mañana.
Todos sabemos que ha sido un año de muchas partidas y cambios, lo mencioné desde principio del año, mudanzas, relaciones y amores eternos con los que ahora nos comunicamos mirando al cielo de nuestro corazón, ciclos que han culminado, misiones que terminaron.
La vida misma es como el palpitar de nuestro corazón, que se contrae y se expande a cada instante, abrazando y soltando, permitiéndonos ser transformados por cada nuevo latido; como un hospital, centro energético de llegadas y partidas; o como un aeropuerto donde cada uno toma el vuelo a los sueños de su corazón; lugar donde te abrazas nuevamente con otros corazones o les dices nuevamente adiós a otros.
Cierto es que llevamos vidas, buscándonos, perdiéndonos, amándonos, odiándonos, abandonándonos para finalmente encontrarnos. Tiernos e inquebrantables buscadores, valientes y amorosos corazones reunidos para vivir los tiempos únicos en la historia de todo lo que somos.
Sabemos que nadie puede conquistar nuestra magnificencia más que nosotros mismos, la existencia misma es una experiencia única, intransferible y eterna; pero todo un séquito estelar de amor acompaña a cada alma para lograr esta conquista.
Hoy (11.11.8) llegaron más y más oleadas cósmicas de amor, la muestra de que en muchos lugares se han visto dos o tres soles (estrellas), es justamente, la ratificación de que el manto estelar se esta alineando junto con nosotros. Hay una danza cósmica en las estrellas porque nos estamos acercando cada vez más a la Fuente Central de Luz Divina.
La luz representa información, iluminación, sabiduría, amor, complitud y plenitud. La luz contiene códigos sagrados de información de quien eres, de tu magnificencia, de tu divinidad; y esta iluminación te permite ser divino, alquimista, sabio y amoroso en todo lo que eres. Te sabes en todo y todos. Así que estas oleadas de luz, de energía divina, traen consigo esa información que te permite pasar de los tiempos de la barbarie a los tiempos de la iluminación, a los tiempos del amor.
Todo lo que has vivido, te ha permitido llegar a este momento donde la luz penetra en cada uno de tus pensamientos, emociones, células, etc. para pasar de la tormenta a la calma, del desamor al amor, integrando cada una de tus partes.
Gran parte de la información y energía de esta luz es de Compasión y Benevolencia; pasando de creo o supongo lo que es el amor a conocer realmente el amor, pues la compasión es la expresión del amor en su etapa madura.
Cuando uno es compasivo, no hay juicio, no hay apego, no hay expectativa; amas de una manera real e ilimitada, donde sólo ves la luz en ti y en el otro; comprendes, desde una sabiduría superior tus actos y reacciones así como los de otros y finalmente te permites ser libre y dar libertad. Termina todo drama.
Estos tiempos han llegado, ese es el Gran Regalo de Traer el Cielo a la Tierra, esa compasión que es la antesala a los milagros, a la transformación, a la paz y a la felicidad.
Cuando terminas con el juicio y logras ver en ti sólo la luz que eres , rompes con todas las barreras que han bloqueado tu derecho de traer el Cielo a la Tierra, te despojas de todo juicio mental y emocional y permites que el verdadero amor haga milagros y milagros en tu vida diaria. Termina todo lastre energético, todo drama, toda sombra, toda guerra. Y por añadidura esa misma compasión la tienes en los demás, en la humanidad, en la tierra y te vuelves un hacedor de milagros. Te vuelves el Cielo en la Tierra.
Hoy es luna nueva, luna de nuevos comienzos.
El tiempo llegó.
Somos hijos de las estrellas, hijos eternos del amor.
Eres amor y así es
Eres por siempre amado y así es.
Autor: Gabriela Zarzosa Quintero