Especiales
«El Gran Salto de Fe»
Cerramos el año con dos grandes eclipses previos al solsticio de invierno en el hemisferio norte y de primavera en el hemisferio sur.
Hoy 30 de noviembre, nos sintonizamos con la energía de un Eclipse Lunar Prenumbral y el 14 de Diciembre con un Eclipse Solar Total; y si pudiera describir la energía que representa este tiempo es la del “Fuego del Amor”.
Así que visualízate en una gran explanada completamente llena de nieve y pinos. Estás sentado a la orilla de una gran fogata que has prendido con una gran cantidad de leña que ya estaba esperando por ti.
Este viaje lo has hecho solo; algo en tu interior sabía que tenía que ser de esta manera, así que te encuentras sumergido en tus pensamientos mirando ese fuego que te eclipsa y a la vez reconforta tu cuerpo y alma. Sus llamas sobrepasan la altura de tu cuerpo sentado, pero no te asusta, todo lo contrario, te sientes cobijado y amado de una manera que no se puede describir.
Sumergido en tus pensamientos, pareciera que la película de tu vida se estuviera transmitiendo en ese momento. Hay nostalgia, felicidad, amor, dolor, agradecimiento, decepción, alegría, tristeza, esperanza, duda, compasión, ira, ternura, impotencia, claridad, paz, drama, culpa, valentía; y tantos más sentimientos encontrados de un sinfín de experiencias vividas. Te has sentido muy solo y no puedes parar de llorar. No tienes claro si las lágrimas son de tristeza o de esperanza, de agradecimiento o de nostalgia, pero la calidez de ese fuego te embriaga de amor.
Te encuentras en un momento de decisiones importantes para tu presente y futuro. Sabes que la vida transcurre rápido para algunas cosas y despacio para otras; pero tú solo quieres una cosa con toda tu alma… ser feliz.
De pronto…
-Tesoro Divino, Eres amado inconmensurablemente en todo lugar del Manto Estelar.
-¿Quién eres?- Preguntas.
-Yo Soy el Fuego del Amor, el Fuego de Dios, conocida como Shekhinah / Espíritu de la Luz / Espíritu Santo.
Estoy aquí para honrar tu vida y caminar; pero sobretodo para amarte. Vivo y vibro en el Centro de tu corazón, en tu Morada Celestial.
Ahora, en completa comunión con tu alma quisiera hablarte de los “Saltos de Fe”.
Un salto de fe es permitir que el amor sincronice un sinfín de oportunidades para un propósito especial en tu vida, pero precisa que sueltes el control de qué, cómo, quién, cuándo, dónde, por qué o para qué; porque el amor está fusionado con la certeza. Así que un salto de fe es permitirte descansar en la certeza del amor y soltar todos tus miedos.
Descansar en la certeza del amor, significa no dudar, porque una vez que dudas los miedos inundarán tu corazón y mente. Descansar en la certeza del amor significa aceptar todos los días que tienes derecho a ser feliz en todo lugar del Cielo y Tierra. Descansar en la certeza del amor es aceptar que nada es imposible para el amor porque cuando dudas de la energía todopoderosa del amor es cuando limitas tu vida por lo tanto tu felicidad y tu expansión. Descansar en la certeza del amor es tener la total confianza de que ésta te guía, ilumina, empodera, reconforta, vivifica y crea todo el tiempo caminos, oportunidades, soluciones, etc. para que se sincronicen en tu vida.
Un salto de fe es dar un brindo que te eleve por arriba de todo tipo de miedo o duda. Un salto de fe es elevarte por arriba del drama, negatividad y pesadumbre. Un salto de fe es dar un brinco para que tus alas se puedan expandir y llevarte a nuevos horizontes, a una felicidad jamás conocida.
Un salto de fe tiene que ver con la certeza de que tal vez no has llegado al lugar o experiencia que tanto anhelas y mereces por derecho divino; pero tampoco estás donde estabas antes. Y sabes? al aceptar esto honras tu vida y caminar.
Nunca olvides, dar un salto de fe no es caer al vacío, sino elevarte a las posibilidades infinitas del amor.
Ahora, permíteme cobijarte Tesoro Divino. No hay nada que temer. Abre tu corazón a las posibilidades infinitas del amor. Toma mi mano y da tu más grande salto de fe. El amor lidera.
Gracias por existir.
Eres amor… y así es.
Eres por siempre amado… y así es.
Autor: Gabriela Zarzosa Quintero