Querido Ángel Humano,
Eres amado y honrado por cada una de las estrellas del infinito Manto Estelar.
Eres amado y honrado por el aliento divino que respiras.
Eres amado y honrado por todos los que caminaron antes de ti, y los que vendrán después de ti.
Eres amado y honrado por la tierra en que caminas y el mar sobre el que navegas.

Gracias por existir. Gracias por brillar eternamente.
Gracias por ser esa estrella que llegó de tan lejos para experimentar su divinidad, y así ayudar a que la humanidad sea más sabia, empática, compasiva, amorosa, unida, honesta, pacífica, justa y feliz.

El mundo precisa de tu luz aquí y ahora, de tu amor y valentía para traer el Cielo a la Tierra no sólo a tu corazón, también al de los demás, y a todo lugar de esta bendita Madre Tierra.

Por momentos experimentarás lo que eres pero también lo que no eres, lo que quieres, pero también lo que no quieres; e incluso podrás sentir que no encuentras tu lugar en este mundo; pero ¡No temas!, no te entristezcas ni frustres, es parte de los contrastes de luz y sombra de la experiencia humana divina, especialmente cuando decides cerrar el corazón porque es cuando olvidas quién eres.

Así que asegúrate de mantenerlo completamente abierto sin importar lo que pase dentro o fuera de ti, porque de él emana la verdadera luz, paz, sabiduría, amor, fuerza, libertad y magnificencia. ¡Es tu brújula!

Bendito Hijo de las Estrellas.
Bendito Hijo del Amor.
Eres completamente valioso.
Agradezco tu existencia. Honro tu existencia.
Eres por siempre y para siempre amado.

Autor: Gabriela Zarzosa Quintero

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