Especiales
«Personas extraordinarias»
Se creían personas ordinarias, sin darse cuenta que eran portadoras de infinitos milagros de amor.Se creían personas ordinarias, pero bastaba ver sus ojos para saber que el mundo sanaba con esa mirada.
Me adentré en esos ojos que de pronto me miraron. Fue sólo un instante, pero sentí ríos de electricidad recorriendo todo mi ser. Esa mirada me brindó el milagro de la paz, de la esperanza y de una confianza que rompió todos mis miedos y apaciguó la incertidumbre; llenando de luz la noche negra por la que atravesaba mi alma.
Era increíble sentir como alguien que no conocía, me embriagaba de un profundo amor.
Gracias, le dije con la mirada; fue entonces cuando mis ojos se cerraron mientras entraba una vez más al quirófano.
Horas después, dormí en la eternidad del amor. Ese amor me permitió partir en paz y fundirme en una con Dios.
Yo, conocí la mirada del amor; y hoy, desde la eternidad, bendigo a todas esas miradas que me sanaron, salvaron y me llenaron de su infinito amor.
Autor: Gabriela Zarzosa Quintero