Especiales
«Un año completamente transformador»
¡Qué inicie la magnificencia! me dije el 1º de enero de este año. No cargaré peaje de la vieja energía, así que empecé el año sin permitir que la rutina y hábitos del pasado hicieran mella en este nuevo y trascendental ciclo que ha precisado un silencio especial y exquisito.
El que busca, siempre encuentra, es el regalo de la sabiduría. Es el regalo de todas las estrellas del cosmos, de todos los ángeles disfrazados de humanos. ¿Cómo pasas de la esclavitud mental, emocional, espiritual y física a una libertad llena de certeza, sabiduría y paz? ¿Cómo pasas del miedo y dolor al amor?. ¿de la muerte en vida a la existencia plena? ¿Cómo pasas de la cobardía a la valentía; de la traición a la lealtad; del abandono al cobijo y presencia; del menosprecio al amor infinito?.
Permitiéndote estar en sintonía con el amor, pues es la manera en que las respuestas llegan de una manera pura e instantánea, de que los nuevos caminos se abran y de que el amor, paz, dicha, salud, bienestar, gratitud, compasión, ternura y plenitud sea lo más normal de la nueva vida.
Por mi parte me enfoqué a disfrutar de uno de los tiempo más desafiantes, por lo tanto uno de los más glorificantes de mi vida y decidí empezar con la base de todo… la intención.
Donde coloques tu intención, estará tu energía, así que centré mi intención en vivir en SINTONÍA con mi magnificencia, amor, paz, sabiduría y milagros para crear mi propio Cielo en la Tierra.
Inmediatamente mi parte más sagrada (Conciencia / Chispa / Yo Soy) y todas las partes de mi, es decir, mi equipo de mega profesionales celestiales, que tienen una hermosa oficia en mi corazón(cielo), escucharon mi voz pero sobretodo mi intención, así que empezaron a SINCRONIZARME con todo lo que me sintonizara con el amor.
Casi inmediatamente sentí una necesidad muy grande de ir a lugares donde había sido muy feliz. Tomé mi auto y regresé físicamente a los lugares que recorría cuando era niña y patinaba. Cuando todo lo demás desaparecía y yo era completamente feliz. Mientras caminaba, me llenaba de la chispa, ternura, risas, fuerza y alegría de esa criaturita. ¡Qué momento tan maravilloso!. La niña empoderaba a la mujer de hoy. Sentí fuertemente como las dos caminábamos juntas, tomadas de la mano y algo mágico pasó en ese instante. Todo sentimiento de soledad que en algún momento sentí, desapareció por completo. Me sentí felizmente acompañada por mí sin necesidad de otro. ¡Bendito momento!. Un gran fuego de amor estallaba en mi interior.
Seguía caminando y también recordaba tantas cosas cotidianas llenas de risa y alegría de aquella niña compartiendo con mi familia y amig@s. Me he dado cuenta que las más cotidianas, se convierten en las más amadas. Desde la ternura de ser feliz cuando cenábamos unos ricos sopecitos que se compraban cerca de la casa. Sentirme tan amada cuando paseaba de la mano de mi mamá al centro, al súper, a donde fuera. Cuando mi papá paraba a las camionetas de los vendedores que distribuían a tienditas y nos compraba cajas de papas, paquecitos, etc. o cuando me subía a lo más alto del condominio para ver las estrellas y mi mamá me llevaba papaya para cenar mientras me dejaba estar en ese momento tan lleno de amor. Sabía que sólo debía elegir los momentos de profundo amor y era clave que no me invadiera la nostalgia sino la alegría y el profundo agradecimiento.
Mi equipo celestial estaba tan contento que me dio más de esta hermosa energía, así que llegué a un lugar que hoy es una Plaza Comercial pero que en un tiempo fue una gran empresa donde yo trabajé y fui mega feliz. Mientras caminaba por esa plaza me sentí incluso abrumada por todo el amor que yo había sentido y experimentado esos años. Sentía perfectamente como los pasos del pasado y del presente eran un solo caminar y eso me empoderaba muchísimo.
Lo hice con todas las etapas de mi vida. Permitiéndome sintonizar con mi propia energía de alegría, plenitud, fuerza, amor, agradecimiento, paz de todas esas Gabis, fundiendo el amor del pasado y del presente en una sola energía. El poder del amor se estaba manifestando a bocanadas, porque el sentimiento era simplemente indescriptible. Comprendí que yo era mi mejor amiga, aliada, cómplice. Esto me llevó a un descubrimiento maravilloso: SENTIR UN PROFUNDO y EXQUISITO AMOR POR MÍ, uno que experimentas cuando haces tu transición al cielo, donde el drama y dolor no existen. El amor que muchos han comentado en libros cuando viven una experiencia de morir y regresar. Un amor que contiene toda la promesa del amor. Un amor que tiene otro lenguaje, donde eres uno con todas tus partes (llama gemela, ángeles, etc.), donde eres uno con el amor, con la Fuente, con el universo entero.
El amor que empecé a sentir por mí fue tan real, puro y magnificente como el que siento por la Fuente Celestial. Se fundieron. No había diferencia. No sentí vergüenza de sentir tanto amor por mí, no me sentía hereje ni poca cosa. Ni nada de tu arriba y yo abajo. Todo lo contrario, era compartir el mismo corazón, el mismo espíritu, un amor que me embriagaba, que contenía toda la paz y todas las respuestas. Un amor indispensable para manifestar milagros.
Lo siguiente que ocurrió fue maravilloso.
Continuará….
Autor: Gabriela Zarzosa Quintero